jueves, 25 de enero de 2007

VIII

La familia y yo y yo y la familia.
Y yo. Y la familia.
Cosa brava, ¿no?

Será que nunca pudimos ser lo suficientemente perversos
como para perdernos en una nube y dejarlos a todos ellos
comiendo pan al desayuno?

Tendrás que trabajar en eso.

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