XXIII
No tuvieron nada y me lo dieron todo.
Siempre ustedes. Siempre yo.
De ustedes para yo.
Todo lo recibí.
Habrían hecho falta brazos
para recibir lo que ustedes querrían darme.
Lo sé porque los conozco.
Gracias. Un millón de veces. Otra vez.
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